Pensamos que la amistad es algo que merecemos o que damos por hecho. Tenemos amigos y somos amigos. Pero la palabra amistad no es simple, no es solo ser o tener amigos. La amistad tiene valores y responsabilidades.
Ninguna relación puede funcionar si no aceptamos a las personas como realmente son en su vida pública. Como seres humanos tendemos a querer cambiar a los demás y hacerlos a la manera que a nosotros nos parecen que deben ser.
Es importante entender que todos somos diferentes y que la verdadera amistad consiste en armonizar nuestras diferencias y apreciar más a fondo lo mejor de nuestros amigos, aceptando aquello que no es placentero, pero que forma parte de su carácter y personalidad.
La lealtad es quizás la característica, por excelencia, de una buena amistad. Algunas veces, por trabajo, estudios u otras preocupaciones, no es posible muchas veces ver a los amigos con la frecuencia que quisiéramos. Llamar a nuestros amigos por lo menos para saludarlos ó escribirles, y saber cómo están tanto de salud como por su familia, es una forma de lealtad; obviamente olvidarnos de ellos es una deslealtad de nuestra parte.
Es muy común que cuando una persona vive en la prosperidad le sobren amigos. Pero, ¿qué sucede cuando se acaba el dinero? La gran mayoría de los pseudo amigos desaparecen de la faz de la tierra. En una verdadera amistad no hay interés material, el único interés que prevalece es el que se tiene por la persona misma. Interés por disfrutar juntos lo positivo de la vida; interés por crecer juntos; interés por aprender juntos; interés por disfrutar de la compañía de los amigos sin importar si son ricos o pobres, si te pueden dar algo o no.
Muchas personas tienen amigos sólo para su beneficio propio. El interés genuino se manifiesta en las personas, no en las cosas materiales. Como amigos podemos sentir empatía y solidarizarnos especialmente con el sufrimiento de quienes queremos de verdad. Los verdaderos y auténticos amigos tienen la capacidad de entender y compartir los problemas, los sentimientos, las alegrías, en fin, las emociones en sí mismas, pero sin hacer juicios. Cualquier alegría es mucho más grande, cuando se comparte con alguien; cualquier tristeza es más llevadera cuando se puede descargar en un amigo a una amiga.
En la actualidad la amistad se mide en la red social llamada Facebook, cuántos amigos y seguidores tenemos, pero en realidad, ¿todos son nuestros amigos?
Un estudio determinó que, de los contactos en Facebook, de cada 150 contactos, solo cuatro son nuestros verdaderos amigos.
Estos ‘verdaderos amigos’ son quienes están dispuestos a ayudarnos en todo momento, estar a nuestro lado en una adversidad y colaborarnos en lo que puedan, es decir cómo se define a un amigo de verdad.
Una encuesta realizada por especialistas pedía que los participantes arrojaran un número de a cuántos de sus contactos le pedirían ayuda en un momento difícil. La respuesta de la mayoría de los encuestados fue de cuatro. También salió a la luz otro resultado que decía que los usuarios de Facebook pueden mostrar simpatía por tan solo 14 de sus contactos.
Los investigadores descubrieron que es imposible reemplazar con mensajes una experiencia que implica emociones reales, jamás abandones a tus verdaderos amigos, tener un amigo es un don, conservar un amigo es una virtud.
Se vale reflexionar!
Gracias!
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